Este es uno de los casos en que la realidad supera la ficción.
Gypsy
Rose Blanchard, nació en julio de 1991 en Chackbay, Luisiana, Estados Unidos.
Sus padres Rod Blanchard y Dee Dee Blanchard se separaron poco antes de su
nacimiento.
Era solo
una bebé cuando Dee Dee afirmó que su hija tenía apnea del sueño. Cuando Gypsy
tenía siete años, la describió que sufría de leucemia y distrofia muscular,
además dijo que necesitaba una silla de ruedas y una sonda de alimentación. La
lista de problemas médicos que Dee Dee relató sobre su hija incluiría
convulsiones, asma, problemas auditivos y visuales.
Las
pruebas médicas a menudo mostraron resultados no concluyentes o contradictorios
con respecto a los diagnósticos de Gypsy, pero Dee Dee dejaría de ver a
cualquier médico que cuestionara las dolencias de su hija.
Dee
Dee le dijo al padre de Gypsy, Rod Blanchard, que su hija tenía un trastorno
cromosómico que la había llevado a muchos problemas de salud. Él felicitó a Dee
Dee por su cuidado devoto. Cuando algunos de la familia de Dee Dee notaron que
Gypsy no parecía necesitar una silla de ruedas y formularon preguntas, Dee Dee
y Gypsy se alejaron.
En
2008, Gypsy y Dee Dee aprovecharon el Huracán Katrina y se mudaron a un nuevo
hogar en Springfield, Missouri. Construido por la ONG Habitat for Humanity (Hábitat
para la Humanidad), estaba pintado de rosa y tenía una rampa para sillas de
ruedas. Dee Dee, para mudarse, cambio la edad de su hija y se convirtieron en
una especie de celebridad que supo anteponerse a los problemas, sacar adelante
a su hija y desvivirse por ella. Asimismo, recibieron beneficios por parte de
la fundación Make- A- Wish que incluyeron visitas patrocinadas por
organizaciones benéficas a conciertos y viajes a Disney World. Todo el tiempo,
Dee Dee continuó disfrutando de la atención que recibió por ser una conserje
devota.
Las
mentiras de Dee Dee llegaron a tal punto que Gypsy no sabía qué edad tenía
realmente, ya que su madre cambiaba su fecha de nacimiento de acuerdo a sus
necesidades, sin mencionar que le decía a todo el mundo que la joven tenía una
discapacidad intelectual y que su mente funcionaba como la de una niña de siete
años.
Para
muchos, Dee Dee era una madre sacrificada por su pobre hija enferma,
lamentablemente nadie era consciente de la tortura que Gypsy vivía día a día.
“Me sacaron las glándulas salivales porque mi madre dijo que había babeado.
Tuve la colocación del tubo en mi barriga, tuve varias cirugías oculares en el
ojo derecho e izquierdo”, agrega Gypsy. “Cirugías de oído, biopsia muscular
para averiguar por qué mis piernas no funcionaron, una cirugía para no vomitar
más. Creía que tenía todas estas enfermedades, excepto que sabía que podía
caminar y sabía que podía comer.”, admitió en una entrevista.
Cuando
Gypsy se dio cuenta que no tenía 14 como decía su madre sino, 19 años como lo
indicaba su carnet médico, empezó a darse cuenta de la mentira en la que estaba
viviendo. A raíz de eso, intentó hacer contacto con el mundo que había fuera de
las paredes de su casa.
En
febrero de 2011, Gypsy intentó fugarse con un hombre de 35 años a quien conoció
en una convención científica. Ella convenció al hombre de que Gypsy era menor
de edad, aunque en realidad tenía 19 años en ese momento. Según Gypsy, Dee Dee
rompió su computadora y la sujetó físicamente a su cama después de que
regresaron a casa. Gypsy también ha declarado que su madre a veces la golpeaba
y le negaba la comida. Desde ese momento, su madre comenzó a prohibirle tener
amigos o quedarse sola. Bajo el control de su madre, el acceso a Internet era
limitado.
Cuando
logró encontrar una manera de conectarse, conoció a Nicholas Godejohn, un joven
de 24 años, con quien comenzó una relación online que incluía intercambio de
fotos fetichistas, peticiones sadomasoquistas y sexting cosplayer.
Un
tiempo después, la noche del 4 de junio de 2015, Gypsy dejó que su novio
entrara en la casa y le entregó una cinta adhesiva ancha, guantes y un
cuchillo. Dee Dee estaba dormida cuando el hombre ingresó a su habitación y la
acuchilló varias veces.
Días después Gypsy posteó en el Facebook de Dee Dee un perturbador mensaje para que la policía encontrara el cuerpo de su madre: “La perra está muerta”; luego agregó otro asegurando que había matado a la mujer y violado a su hija. El post encendió las alarmas de los vecinos y allegados, la policía acudió a la casa de Dee Dee donde fue encontrada cuatro días después, cuando la mujer yacía en su cama rodeada de sangre y con múltiples puñaladas que Nicholas le había propinado. No había rastro de Gypsy, quien se creía que tenía 19 años en ese momento, la primera hipótesis era que había sido secuestrada, pero esta pronto perdió fuerza.
Gypsy
creyó que nunca iba a ser arrestada, sin embargo, fue encontrada junto con su
pareja en una casa de Wisconsin. En una entrevista afirmó que se sentía como en
un cuento de hadas en que ella era la princesa que había sido rescatada. Tras
su detención, las investigaciones posteriores revelaron que algunos de los
doctores que habían atendido a Gypsy confirmaron que no habían encontrado
pruebas que determinaran que padeciera dichas enfermedades. En cambio, su madre
sufría del Síndrome de Munchausen, la cual es una enfermedad poco conocida en
que la persona que cuida al menor, normalmente la madre, inventa síntomas o los
provoca para que parezca que el niño está enfermo.
Gypsy
Rose se declaró culpable de asesinato en segundo grado y está cumpliendo una
sentencia de diez años de cárcel, la tortura que vivió durante años no fue
eximente suficiente para indultarla del todo. Por su parte, su novio, tras un
breve juicio en noviembre de 2018, Godejohn fue condenado a cadena perpetua por
asesinato en primer grado.
El caso fue retratado por HBO en 2017 con el documental Mommy Dead and Dearest, dirigido por Erin Lee Carr. En 2018 se estrenó el documental Gypsy's Revenge, de Jesse Vile. Lifetime y Hulu produjeron en 2019 la miniserie The Act, una dramatización del caso.
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