Los Caballeros es una película de acción, sobre el dueño de un emporio adinerado de drogas que quiere vender su empresa al mejor postor. Sin embargo, a raíz de esta venta, la historia se convierte en una competencia (muy refinada y con mucha clase pero también muy violenta) para averiguar quién llegará a la cima con todo el poder.
Gracias a Netflix, que es la plataforma de streaming que decidió distribuir la película de manera digital a nivel mundial a corto tiempo de estrenarse gracias a la pandemia, muchos que no pudimos ver la película (me incluyo ya que tenía mucho interés en ella) pudimos analizar la posibilidad de que Ritchie haya hecho una muy buena película. No quiero decir que es la mejor película que vi este año, tiene fallos, y uno de ellos es que su narrativa en el primer acto no te deja en claro lo que sucede con los personajes. Hay cierto interés por lo que ocurre, pero realmente no puedes conectar con estos, ni conocerlos bien, ya que no identificas claramente quién es quién, a pesar de que la película cuenta con muy buenas actuaciones y un elenco increíble. La narración en off es una técnica muy usada en esta película, una técnica de narración que consiste en un narrador que relata puntos de la historia que no están muy expresos en la película, como el narrador de un cuento hablando de los pensamientos del protagonista, y esto sucede al mismo tiempo que transcurre la historia. El problema, es que trata a la audiencia como conociéramos a los personajes de por sí, mientras que la realidad es que nosotros aún batallamos por aprendernos los nombres e identificarlos.
Aunque esta técnica le favorece también, debido a la utilización de este recurso narrativo para el segundo acto. En esta parte de la película es cuando ya los conocemos y la historia ya nos atrapó debido al conflicto ya presentado, por lo que la narración en off es un recurso que nos brinda información que nos hace entender mejor a los personajes y sus acciones en la película. Y aunque los personajes no estén tan bien escritos, la historia es el verdadero plato fuerte. La trama, una vez que conoces a los personajes y los diferencias, llega al interés de la audiencia, provocando que se interese por el destino de los personajes mucho más que en el primer acto, donde prácticamente desconocíamos quién era quién.
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